Al final, nada impidió que hoy se celebre la consulta que permitirá elegir al próximo candidato liberal a la Presidencia de la República. Pudieron más las imposiciones del ex presidente César Gaviria, tan todopoderoso, y los egos de dos aspirantes muy desteñidos, que la prevalencia del bien —¿y del sentido?— común, para ahorrarnos más de 40 mil millones de pesos que vale una jornada que pasará a la historia del glorioso Partido Liberal y del país como una cachetada, una afrenta a los ciudadanos.
Sin otra elección más determinante que jale, que impulse esta entre los dos gallos destemplados del liberalismo, no se esperan más de dos millones de votos. Además faltarán las mesas desmontadas de las zonas rurales, en el ánimo de “facilitar una rebajita”...