Tres elecciones democráticas, en Inglaterra, Colombia y Estados Unidos, han sido sorprendentes por la carencia de sintonía entre pueblo y gobernantes.
El libro de Samuel (5, 1-3) trae un texto orientador. En él confluyen tres agentes. Uno, todas las tribus de Israel. Otro, David, el rey. Y otro, el Señor. Los tres forman unidad perfecta en lo cual consiste la democracia. El Señor, dueño de todo. David, sabio gobernante que vive en intimidad con el Creador y en sintonía con el pueblo. Y el pueblo de Israel, que elige un sabio gobernante por contar con el Señor. La democracia perfecta.
En estos tres agentes, uno, el Señor, es infalible. Los otros dos, falibles. El pueblo por ignorancia o mala orientación, y el rey por buscar su beneficio particular...