Desde esta columna hemos afirmado que los peores males de nuestra sociedad provienen de la corrupción y de la polarización ideológica para asumir el manejo de los distintos asuntos necesarios para combatir este mal y buscar, a partir de políticas de Estado, el adecuado desarrollo individual y social. Hemos considerado que el problema no es ni de derecha, ni de izquierda, entre otras cosas, porque en términos generales no tenemos partidos o movimientos políticos que representen una verdadera estructura ideológica en una u otra dirección, más bien partimos de concepciones individuales y en ocasiones grupales, que por su discurso en torno al ejercicio de la autoridad y a la manera como deben asumirse los problemas relacionados con el orden público,...