La semana pasada Medellín volvió a las primeras planas de la prensa. No se trataba de un asunto de “la ciudad más innovadora” ni mucho menos de la Feria de las Flores. Por el contrario, la noticia remembraba una marca de dolor que no se ha podido sanar: El comienzo de la excavación de 15 hectáreas en el sector de La Escombrera, en la comuna 13, bajo el objetivo de buscar cerca de 300 cuerpos que probablemente yacen ahí inertes, descuartizados.
La Escombrera es quizá la fosa común más grande que hay en el mundo. Siempre fue un secreto a voces que la tierra allí escondía cadáveres. Pasaba desde la década de los ochenta del siglo pasado cuando el Cartel de Medellín tiraba allá a los muertos. Posteriormente, el botadero fue usado por las milicias...