Alguien dijo que el libro es la eternidad de un escritor. Yo añadiría que los lectores son la eternidad de los libros. Y, entonces, la lectura es una eternidad en voz baja. Eternidad callada, rezada, musitada. Porque leer es abrevar un sorbo de eternidad.
He pensado en esto al ver abierto entre mis dedos, como una flor a punto de ser deshojada, este breve volumen, bellamente editado por Taller de Edición, que recoge artículos no publicados de la ya larga producción cervantina del colega y amigo Alberto Velásquez Martínez. “El Quijote en América, Colombia y Antioquia” se titula esta nueva obra suya, que no por corta es una obra menor y que enriquece su bibliografía sobre el tema. Son caminos y horizontes, casi que apenas esbozados, pero que se...