El poder de lo imposible. Una mamá con una hija endemoniada. Un hombre de mirada desconcertante, que habla y seduce con los ojos. Nadie sabe si está al comienzo o al final de la creación. En Él todo es igual. Alfa y Omega, principio y fin.
El evangelio de Marcos (7) inmortalizó a una mujer, “sirofenicia”, cuya hija “estaba poseída de un espíritu inmundo”. La mamá, taladrada por las resonancias infinitas del corazón, está segura de que encontrará medicina para la irremediable enfermedad de su hija, “malamente endemoniada”.
Se le clavó en el alma la experiencia de lo imposible, pues un día le llegó el eco de que para Jesús la fe mueve montañas. Llevaba juntos en las entrañas lo demoníaco y lo celeste, con el desafío de vencer con lo segundo lo...