Se quejan los empresarios de falta de compromiso de algunos empleados, del desánimo por hacer tareas repetitivas y, sobre todo, de la ingratitud por estar empleados. Tampoco saben qué hacer con algunos que creen el trabajo duro en el tiempo no es para ellos, pues como dice Tim Wu, profesor de Columbia University, para ellos todo “todo es destino y no viaje”.
También se lamentan los directivos de falta de creatividad e innovación de sus funcionarios, que esperan que surjan con capacitaciones superficiales para que “salgan de la caja”, piensen distinto y dejen de ser bienes muebles que cumplen protocolos para que sean certificados sus procesos.
Pero la mayoría de estos directivos están buscando la creatividad donde no está. Hay que ser innovadores...