La decisión de media Suramérica de suspender su partición en Unasur significa un golpe mortal para una organización que, con solo una década de vida, esperaba convertirse en el gran centro de integración y en el eje de una nueva visión sin la influencia de Estados Unidos. Colombia, Chile, Argentina, Perú, Paraguay y Brasil, cortaron su vínculo con el grupo y criticaron su falta de norte, ahora que la presidencia pro témpore recae en Bolivia.
La Unión de Naciones Suramericanas nació en 2008 de la mano de una política zonal que pretendía quitarle fuerza a la OEA, mientras se impulsaba con discursos y dinero por el bloque de izquierda continental. El mismo espíritu le había dado fuerza al Alba unos años antes y le otorgaría un espaldarazo clave...