No cabe duda que los niños hoy son más despiertos y se expresan mejor de lo que lo hicimos nosotros en la infancia. Además, ellos crecen en una sociedad democrática en la que los padres ya no gozamos de toda la superioridad jerárquica que les daba a los adultos la organización autocrática del pasado.
Si bien todo esto es una ventaja para los hijos, para los padres la crianza es hoy en día un desafío mucho mayor. Este cambio hacia la igualdad, sumado a que estamos frente a una generación de niños más poderosos y beligerantes, hace que ellos se consideren iguales a los mayores. De tal manera que como muchos padres sienten que ya tienen muy poco dominio sobre sus hijos tratan de ganárselos poniéndose a su mismo nivel, para convencerlos “por las...