Conocidos los resultados del plebiscito queda claro lo siguiente: el 62.6 % de los electores aptos convocados por el presidente se abstuvieron de votar (unos 22 millones de colombianos); y, en medio de la euforia triunfadora de algunos, solo el 19% aproximadamente votó “no” mientras que un poco más del 18% dijo “sí”, sin olvidar los votos no marcados y nulos. Venció la abstención y, con ella, un país escéptico, cansado, o con otra concepción sobre el asunto, que no cree en políticos venales; los ciudadanos, pues, rechazaron la forma como se manejó este oscuro proceso.
Así las cosas, es evidente que el país rechaza las presiones, las encuestas amañadas, el río de dinero utilizado para comprar conciencias, la engañifa, etc.; no quiere más vanidades...