La locura mediática de las primeras semanas presidenciales de Donald Trump nos alejó a todos de otros brotes de injusticia geopolítica. Con las luces en el racista de la Casa Blanca, un par de despropósitos internacionales pasaron bajo la mesa, en relativa calma, sin que se vociferara contra ellos de la manera adecuada.
Y de lo mucho que sucedió, quizás ninguno se puede igualar al actuar ilícito y oportunista de Israel con la normatividad que pretende legalizar decenas de asentamientos en Cisjordania, territorio palestino. A pesar de las exigencias de la comunidad mundial, el Estado de Israel continúa su paso acelerado para anexarse lo que no le corresponde.
No le ha bastado a su primer ministro Benjamin Netanyahu, ni a su gobierno, las peticiones...