Dicen que cuando Moisés bajó del Monte Sinaí, con las tablas de la ley impresas, empezó a leerle al pueblo, uno por uno los mandamientos. Cuando llegó al noveno: “no desear la mujer de tu prójimo”, los israelitas empezaron a protestar y se escuchaba el murmullo: “no, ese no, solo desear no puede ser pecado”.
Entonces Moisés levantó su voz y para calmarlos, dijo bien fuerte:
--Bueno, eso dice la ley, vamos a ver qué dice la jurisprudencia.
Ahora tenemos jueces tan sabios que parecieran ser discípulos del rey Salomón.
Tenemos jueces matemáticos como uno que dijo que la ley de las 16 circunscripciones para elegir otros tantos representantes a la Cámara en representación supuestamente de las “víctimas” de la violencia, pero que iban a ser escogidas...