Hacer política sin aceptar la política no es solo inocente, es torpe; supone poner en riesgo el futuro de hasta el más necesario de los proyectos políticos. El pasado 25 de octubre algunos movimientos y candidatos independientes lograron importantes victorias en las ciudades capitales, como Federico Gutiérrez en Medellín, Mauricio Armitage en Cali o Rodolfo Hernández en Bucaramanga, pero en general, las elecciones locales fueron una reafirmación de lo que muchos saben y algunos se niegan a creer: que para hacer política electoral hay que tener estructura política.
Y al hablar de “estructura política” no me refiero a las maquinarias de la vieja política partidista colombiana. Todo lo contrario, estoy hablando de una organización estructurada,...