Comenzamos la caminata cuaresmal hacia la Pascua y esta caminata está enmarcada, como todo itinerario, por la meta a la que lleva. La Pascua es una fiesta de cambio, que consiste en pasar con Cristo de la muerte a la vida para vivir con él su vida de resucitado.
Apenas estamos en los albores de la cuaresma, y la Palabra de Dios es la mejor compañía en esta travesía hacia la Pascua.
Jesús, después de “entronizarse” en el bautismo, se fuga al desierto inmediatamente porque quiere evitar a toda costa el triunfalismo mesiánico.
En el desierto Jesús es tentado por Satanás y vive entre animales salvajes. Esto quiere decir que Jesús vino a poner en órbita el proyecto originario de la creación: él no es un ser aislado de la historia, sino algo que debe...