Por J.I. TORREBLANCA
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Hubo un momento en el que Putin se vio en serio riesgo de perder el poder. Fue en diciembre de 2011, cuando Moscú se llenó de manifestantes que protestaban por el fraude cometido en las elecciones parlamentarias celebradas el 4 de diciembre de ese mes.
Tras haber logrado en las elecciones de 2007 el 64 % de los votos y el 70 % de los escaños, el partido de Putin, Rusia Unida, se quedaba en un 49 % de los votos y un 52 % de los escaños, una mayoría tan justa como lejana de los 2/3 de los escaños que garantizaba a Putin la posibilidad de manejar el país y la Constitución rusa a su antojo.
Según la oposición, esa mayoría parlamentaria no solo fue exigua sino fraudulenta, lo que provocó las mayores...