Por Carolina Pulistar ArcilaUniversidad Pontificia Bolivariana Facultad de Com. Social, 1° semestrepulistarc@gmail.com
El tiempo no para, y con él se va cada uno de los momentos que dejamos de lado con los seres queridos, con los que día a día hacen un esfuerzo para entablar una relación personal sin importar su estado anímico o sus problemas.
Vivimos ligados a costumbres, y a alianzas individuales sin ningún fin. En cada amanecer, la misma rutina, sin notar en que una de las personas que conforman el núcleo o entorno en el que nos movemos se puede cansar y un día simplemente decir que no va más.
En varios casos cuando fallece alguien, se habla de que no tuvo el suficiente tiempo para cumplir y satisfacer las necesidades que en él mismo se creó,...