El temperamento iracundo e irreverente del mandatario Donald Trump es materia de ácida comidilla en todos los círculos políticos del planeta pero, en la realidad, sus desplantes llevan implícitos bastante más que gestos toscos o insultantes. En el último foro en donde se le fueron todos los tapones, en la reunión del G7 con todos sus pares de las grandes ligas mundiales, el magnate llegó a afirmar que Estados Unidos es un cerdito al que todos roban. Difícil de escuchar para tan finos oídos.
La realidad es que en el fondo del pensamiento del presidente de los Estados Unidos está atornillada la convicción de que su país, en el área del comercio está siendo ordeñado por el resto del mundo y por sus grandes socios particularmente, mientras el país...