PorAndrés Duque GutiérrezFundación Universitaria Luis AmigóComunicación Social, octavo semestreduquegandres@hotmail.com
Hace unos días me ganó el asombro y la tristeza. El motivo, la muerte de un hombre al que desafortunadamente una edificación se le vino encima. El hecho ocurrió en Bello. La víctima era el padre de un gran amigo.
Trabajaba como taxista: carismático, amable, trabajador. Imposible imaginar que su vida acabaría debajo de unos cuantos palos de cañabrava y unos viejos ladrillos.
Independientemente de las especulaciones sobre las causas de la tragedia, este hecho reabre la polémica sobre el tema de la construcción en Medellín y sus municipios circundantes.
Ya lo había sufrido la ciudad con el colapso de la torre 6 de Space, en la noche...