Ahora que se ha destapado el juego sucio de Estraval, firma que esquilmó a 4.500 incautos por un valor aproximado de $600.000 millones prometiéndoles jugosos rendimientos por su inversión en diversos instrumentos financieros, principalmente libranzas y factoring, pero también en facturas morosas y otras alternativas de alto riesgo, se corre el peligro de que se inicie una persecución contra las libranzas y el factoring en los medios, sobre todo en la radio en la que reinan la arbitrariedad y en algunos casos peores prácticas.
Como fue evidente con Interbolsa, no son los instrumentos de inversión los que causan los desastres, son los propietarios de las instituciones financieras que se dedican a este tipo de actividades y los administradores...