Tiene razón la artista plástica argentina Marta Minujín, cuando afirma que “la gente ya no tiene paz para sentarse a leer un libro”. Ahora todo parece tan acelerado y tan vacuo. Las esperas se van frente a pequeñas pantallas, se leen palabras, pero casi nunca contenidos muy relevantes. Entre meme y meme, entre hechos que aumentan la desolación del ser humano, los libros han dejado de pasar por la cabeza, han relegado la imaginación. A muchos los está abrumando la realidad que siempre es tan incompleta y luego rematan sus frustraciones con la manida frase: “Ya no hay tiempo para nada”.
Pero siempre hay tiempo para todo, especialmente para leer. Leer es una de las actividades que menos quita tiempo, es la actividad pensada para que uno la practique...