El Presidente Obama y su traductor de ira estaban teniendo problemas. La caravana estaba lista para salir para la cena de la Asociación de Corresponsales del año pasado en menos de 20 minutos. Teníamos una oportunidad para practicar la escena cómica de cierre con el traductor “Luther” personificado por el comediante Keegan-Michael Key. Obama no tenía problema alguno diciendo su diálogo o haciéndose el trastornado al hablar de quienes niegan el cambio climático. “Algunas veces me enfurezco de veras, sabe”, dijo.
El problema era Luther. Cada vez que Key, como el traductor de ira, empezaba una nueva diatriba mánica, el presidente soltaba una carcajada. Ya vestido en su esmoquin para la velada, miró hacia donde estábamos nosotros, sus empleados,...