La semana pasada se cumplieron 30 años de “Los años maravillosos”, la serie que más me ha gustado hasta el momento, y eso que en los últimos años he visto series increíbles que he despachado maratónicamente de una sentada. No sé si la quiero tanto porque hay una nostalgia detrás de cada capítulo y sus repercusiones en mi vida o porque sencillamente es genial, o ambas, una mezcla que aún no he encontrado en todo lo que he consumido hasta ahora. Es decir, series como House of Cards o Breaking Bad, por ejemplo, me han gustado, me han generado cierta adicción, pero no siento que quisiera volver a verlas como me sigue pasando con esta serie que vi en su momento gracias a esa cosa que hoy suena rarísima: la parabólica.
Esta semana, para celebrar el...