Es una experiencia privilegiada volver a ver, 30 años después de su filmación, una película que ha marcado la vida de nuestra ciudad. Es mayor el privilegio si después de vista se puede conversar con su director sobre sus personajes, su historia y el destino trágico de su generación.
Esto es lo que sucedió en el Museo de la Memoria con la presentación de la copia restaurada de “Rodrigo D. No futuro” ―la película de Víctor Gaviria que se estrenó en el Festival de Cannes en 1990―, y el diálogo con los jóvenes que fueron a verla.
Para mí fue difícil estar sereno a lo largo de la proyección viendo aparecer en la pantalla a muchachos como Carlos Mario, Jeyson o El Alacrán, que murieron uno tras otro después de la filmación de la película, en medio...