“Acuérdate en adelante, cada vez que algo te entristezca, de recurrir a esta máxima: que la adversidad no es una desgracia, antes bien, el sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha”. “Tienes poder sobre tu mente –no sobre los acontecimientos externos. Date cuenta de esto, y encontrarás la fuerza”. “Acuérdate también de esto siempre; para vivir felizmente basta con muy poco”. “Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida”. “Sólo eres el alma que acarrea un cadáver”.
Leí estas frases en un libro olvidado que llegó a mis manos de un modo extraño, gracias a las memorias del escritor húngaro Sandor Marai. Fue el único libro que él se empeñó en rescatar de las ruinas de la biblioteca de su antigua casa de Budapest, destruida...