La magia en las elecciones: todos quieren encantar y llenar de ilusiones a la gente, y la gente se deja. Espectáculo tras espectáculo, advertencias van y vienen, y la gente sigue llegando a que los encantadores, timadores y farsantes los deleiten.
Todos y todas están detrás de algo: territorios y comunidades partidos y quebrados; necesidades nunca satisfechas y huecos presupuestales en casi todos los lados. Ser elegido es ganarse problemas; los magos deben buscar otra cosa. La mayoría de los que compiten por ser ungidos buscan un botín, el suyo.
Estamos en pleno despliegue de la fauna política del país: demostración de fuerza y actuación, más que de conocimiento y representación. Todos hablan de lo público y del servicio, pero la mayoría está...