Aun no puede decirse que se ha registrado un retroceso significativo en el consumo de la población china como consecuencia del clima de inseguridad que pudiera estarse generando frente al futuro ocasionado por el ambiente de guerra comercial que los mandatarios de China y Estados Unidos han querido sembrar en el mundo. En todo caso, al interior de China el sentimiento de desazón común en estos casos ha podido ser manejado gracias a una campaña muy proactiva de generación de confianza emprendida desde Pekín.
Es que los consumidores al interior del gigante son particularmente sensibles a amenazas de naturaleza externa y, al contrario de los occidentales que gastan para estar protegidos en los malos tiempos, el ciudadano asiático se inhibe de tomar...