La decisión de Donald Trump de suspender la adhesión de su país al acuerdo multilateral que desde 2015 existe con Irán y a través del cual se impusieron limitaciones al programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones internacionales, ha levantado una gran polvareda en el planeta.
Los chinos fueron de los primeros en dejar sentado su desacuerdo. Fue en Pekín donde se reunieron los dos cancilleres involucrados, Wang Yi y Mohamad Yavad Zarif y el chino no tardó en declarar que este pacto en la realidad “contribuye a preservar el régimen de la no proliferación, así como la paz y la estabilidad en el Medio Oriente”.
Nobleza obliga. China es un cliente muy preferido del país petrolero, que le vende a la gran nación asiática un tercio...