Hace algunos días participé en una tertulia virtual liderada por Andrés y Nicolás del podcast 13% y Alejandro Salazar, consultor y autor del libro La estrategia emergente. Durante un par de horas hablamos sobre estrategia, identidad y ventaja competitiva. Aunque la teoría de Salazar respecto al concepto de estrategia se destina principalmente a compañías, desde que lo escuché he pensado en cómo se puede aplicar este pensamiento en lo público. Así como las empresas toman decisiones para concentrarse en ser los mejores en un área o producto, de la misma manera los países, departamentos y ciudades deben hacer lo mismo. Esta reflexión puede ser útil para Medellín y así, preguntarnos: ¿Cómo ha evolucionado la identidad de nuestra ciudad? ¿Cuál es nuestra nueva ventaja competitiva? ¿Sobre qué fortalezas debemos construir?
En otras columnas he hablado de la importancia de un propósito colectivo que nos acerque, un proyecto que integre y la construcción de una narrativa acorde a los cambios sociales actuales. Para lograrlo, debe haber un diálogo enfocado en cuáles son nuestras fortalezas y ventajas locales que nos diferencian y pueden acelerar el desarrollo económico y social, además de unirnos y renovar sentimientos de orgullo, optimismo y pertenencia.
Hace algunos años se posicionó la idea de Medellín como una urbe que pasó del miedo a la esperanza. Posteriormente, se obtuvo el título de la más innovadora. Luego, se habló de la ciudad como epicentro de la Cuarta Revolución Industrial y ahora, del software. Aunque algunos de estos mensajes han calado mejor que otros, vale la pena preguntarse si éstos representan a la Medellín de hoy y conectan con nosotros, sus habitantes.
Si nos concentramos en nuestro potencial y fortalezas, podremos ofrecer con mayor acierto, formación académica que obedezca a esa ventaja competitiva, también atraeremos inversión acorde a lo que queremos y así, poco a poco posicionaremos un relato fundamentado en fortalezas y características sociales reales y no en eslóganes políticos.
Un concierto como el de Karol G da pistas sobre algo con lo que las personas se conectan y se desarrolla con éxito en nuestra ciudad. ¿Hemos explorado con atención lo que el arte y la cultura urbana significan en Medellín y la manera como cohesionan? Fuera de esto, recordemos que esta ciudad ha sido epicentro de las artes plásticas con eventos como las bienales de los años 68, 70 y 72. Además del reguetón que hizo vibrar el pasado fin de semana, la ciudad fue sede por primera vez de la Feria del Millón, un evento de arte contemporáneo para visibilizar artistas emergentes. Lo anterior, también da luces ante temas y sectores que estamos atrayendo de manera orgánica y que facilitan el encuentro.
Enfocarnos en nuestras ventajas, fortalezas a identidad, puede resultar en un mejor posicionamiento de Medellín ante el mundo, cohesionarnos alrededor de valores y sentimientos comunes y generar desarrollo en lo que somos mejores. Descubrirlo requiere hacerse preguntas retadoras y quizás abandonar apuestas que no han resultado exitosas. Empecemos la conversación