PorLaura Vélez MartínezUniversidad Pontificia BolivarianaComunicación Social-Periodismo, séptimo semestre laravelez2@hotmail.com
En el marco del proceso de paz, darle un espacio a la memoria es saldar una deuda histórica con el anonimato de un conflicto interno que ha enlutado al país por décadas.
Según el informe ¡Basta ya!, del Centro Nacional de Memoria Histórica, del conjunto de muertes violentas ocurridas en el país entre 1958 y 2012, por lo menos 220.000 tienen su origen en el conflicto armado.
Cuando la guerra se posiciona en el imaginario colectivo como un estado natural y la violencia se vuelve rutinaria, la responsabilidad de esclarecer lo sucedido y reivindicar la paz se convierten en un deber de todos.
Es preciso acabar las complicidades...