Fue el padre Nicanor el que me lo propuso.
-Si estás desilusionado del fútbol tras la eliminación de Colombia en el Mundial, pues cambia de deporte.
-¿Otro deporte?, rezongué.
-El ajedrez, por ejemplo. Un deporte sereno, sin trampas, sin fanatismos. A que tú no sabes quién es el patrono de los ajedrecistas. -Ya le va a meter usted santos a esto. Pero hasta mejor hablar de santos que de futbolistas. No, no sé quién es el patrono de los ajedrecistas.
-Es más bien una patrona, muchacho. Santa Teresa de Jesús, la carmelita española.
-No los sabía, tío, y no deja de ser curioso que una monja, una de las más elevadas autoras místicas de todos los tiempos jugara ajedrez. -Ella misma lo menciona en el “Camino de Perfección”, en el capítulo 16. Es una breve...