Por Alejandra Martínez Universidad Pontificia BolivarianaFacultad de Com. Social, 10° semestrealeja0706@hotmail.com
Es cómodo crecer cuando se tienen más respuestas que preguntas. Y fácilmente alcanzamos nuestro nivel de erudición en el momento en que nuestros papás, seres arbitrarios y contrariados como nosotros, nos transmiten con humildad esa sabiduría que, aunque todavía se debaten internamente, llevan formando durante toda su vida. Y, al parecer, es suficiente argumento para caer en la terquedad del ego y jamás cuestionar.
Crecimos creyéndonos genios: nuestros garabatos fueron el retrato del artista prematuro que llevamos dentro y nuestra facilidad para hilar palabras y frases vislumbraron por primera vez el escritor y la presentadora que...