Solitarias y en silencio observan plazas, calles y senderos, adustas y ensimismadas nos contemplan desde su pedestal, están ahí, sólidas guardianas de temporales, soles y aguaceros, aunque se saben ignoradas son hito y referente, lección de historia y elemento identitario, en un país que dejó de recordarse y mirar atrás, en un país que dejó de enseñar su historia y compartirla, en este que ha hecho de la memoria un lastre. Monumentos, estatuas y esculturas conmemoran individuos y sucesos en su callada vigilia; en buena hora la administración municipal acompañada por la Fundación Ferrocarril de Antioquia decidió restaurar 106 de las 180 esculturas que son de su propiedad.
Quedan pendientes por intervenir este semestre las esculturas del maestro...