Las recientes generaciones femeninas combaten con dolor por la igualdad. Se alzan sobre los hombros de las feministas que iniciaron la cruzada definitiva. No son feministas, son femeninas.
Alcanzaron espacio en columnas de periódico, escriben implacables en la redes sociales. Cada día tapan las vías de escape de hombres y otras mujeres que persisten en sesgos instintivos de un machismo varias veces milenario.
Estas combatientes de penúltima generación no hablan desde los derechos sino desde la indignación. Para pelear por los derechos estuvieron las viejas feministas que le dieron frente a la reacción sorprendida de un mundo acostumbrado a ningunear a las eternamente inferiores.
Las nuevas mujeres insurgentes no asumen la aburrida carga de explicar....