Escribo esto con pluma sobre un papel amarillo y humedecido. Hace días que no hay electricidad en mi casa y, por lo tanto, tampoco hay internet ni teléfono ni ningún otro tipo de contacto con el resto del mundo. En lugar de rayitas, mi celular dice “No Service”. Los regaderazos matutinos me dejan temblando por el agua extrañamente fría y me paso las noches leyendo a la luz de una vela y sudando hasta el amanecer. Abrir la ventana me dejaría expuesto a un brutal ataque de mosquitos. Mi postre anoche fue un pan tibio que me supo a ... pan tibio.
No hay nada como un huracán para recordarnos lo pequeñitos que somos.
Nada es normal después de un huracán. Hay partes de Miami intransitables. Los árboles caídos son una constante prueba de obstáculos y...