Desde hace un par de semanas, los vecinos de un edificio de oficinas instalaron el que será por varios meses su árbol de navidad. Sobre sus extensas ramas de plástico blanco que quieren recordar la nieve, hay pájaros, búhos grises y renos en miniatura. Todo lo que contiene esa pieza decorativa prematura, habla de un clima lejano y de otras tierras. Es un reflejo de esos meses invernales que preceden el celebrado fin de año en muchos lugares del planeta. Al verlo, uno incluso imagina esos bosques oscuros sobre los que volaba en su escoba el curioso Harry Potter.
Solo faltan unas semanas volátiles para que a otros espacios de Medellín lleguen renos, figuras inspiradas en los imaginarios del polo o carritos que viajan entre el suelo blanco y gélido....