Por María Clara Otálvaro R.Universidad EafitFacultad de Economía, 3° semestre @mariaclaraor
Ni la firma de este acuerdo es la página final de un cuento de terror ni el postconflicto la primera página de uno de fantasía. Lo que se firma no es paz, ni estable ni duradera, ni siquiera paz, en La Habana se negoció, sí, un fin de un conflicto entre dos actores importantes de nuestro país, el Gobierno y un grupo terrorista para unos (e insurgente para otros), mas no el porvenir de toda una nación.
Ni siquiera en la definición más elemental de paz -la ausencia de guerra- se podría invocar este término en la situación actual colombiana, ya que las Farc está lejos de ser el único actor alzado en armas del país. Ahora bien, si no podemos hablar de paz cuando...