Hay dos cosas que nunca he entendido del presidente Daniel Ortega. Una es por qué se quiere parecer al tirano que luchó tanto por derrocar: Anastasio Somoza Debayle. La otra es por qué vive en una casa que no es suya.
Les cuento la increíble historia de la casa más adelante pero déjenme comenzar con las recientes protestas en Nicaragua. Lo que empezó como manifestaciones por los cambios en programa sociales rápidamente se convirtió en una revuelta contra el régimen de Ortega y Rosario Murillo, su esposa y vicepresidente. Ellos tienen un duro control sobre el país. Y lejos de ser un demócrata, Ortega lleva 23 años en el poder en total (de 1979 a 1990, y del 2006 al 2018).
La represión de su gobierno contra los manifestantes -jóvenes y estudiantes...