Niños separados de sus padres y puestos en jaulas. Esta es la imagen que quedará de los Estados Unidos del presidente Trump. Aunque Trump ya dio marcha atrás a esta cruel política, la mayoría de los 2.300 niños centroamericanos a quienes arrancaron de sus familias en la frontera todavía no han sido entregados a sus padres. No parece haber ningún sentido de urgencia. Sospecho que si se tratara de niños estadounidenses la respuesta hubiera sido muy distinta.
Marco, un salvadoreño de 11 años de edad, fue uno de los niños separados de sus padres. Cuando hablé con Elena Martínez, su madre, estaba desconsolada. “No hay dolor que se compare a no tener a tus hijos”, me dijo. Llorando me contó cómo salieron huyendo de El Salvador por la violencia. Ella,...