Estos días en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín son muy agitados, de muchos estímulos que no se procesan al instante. Entre tantas cosas vistas y sentidas sobre las que quisiera poder decir algo, se me ocurre hablar de las primeras veces, de esos primeros encuentros que nos marcan y se quedan con nosotros para siempre.
El domingo pasado, por ejemplo, un grupo de niños salió muy temprano desde una vereda del Oriente de Antioquia con la intención de visitar la Fiesta. Estuvieron preparando este viaje por mucho tiempo, a veces se preocupaban por la ropa, otras por el almuerzo, otras por el bus. Al momento de la salida me enviaron una foto en la que se apreciaban los siete cueros, el árbol típico de la zona, y la carretera empantanada...