Las prácticas sexuales con niños son un abuso que se debe combatir en todas sus formas y sin contemplaciones, máxime cuando ellas se producen en el seno de una institución tan importante como la Iglesia Católica; en eso, creo, salvo los pederastas, todos estamos de acuerdo porque se trata de un crimen repugnante. Sin embargo, ello no significa que se pueda lastimar de forma indiscriminada a los pastores espirituales con falsas y apresuradas sindicaciones, como lo hacen algunos animados con evidentes fines protervos.
Esto último es lo que sucede con el caso del reputado clérigo y abogado Carlos Arturo Yepes Vargas, quien -no desde ahora- ha sido acusado por un desadaptado de haberlo abusado cuando, ni siquiera, él se desempeñaba como sacerdote...