La señora tenía razón. Me la había encontrado antes de tomar un elevador y cuando se dio cuenta de que era el que salía en la tele, se desahogó: “Mira Ramos”, me dijo, “yo ya no veo las noticias porque se la pasan hablando todo el tiempo de Donald Trump. Estoy harta. Harta. Ya cambia de conversación, por favor”.
Quería decirle que yo también estoy harto. Quería explicarle que no nos inventamos las noticias, que solo las reportamos. Y que si Trump dice alguna barbaridad, miente, insulta a alguien o propone algo totalmente disparatado, los periodistas no tenemos más remedio que cubrirlo. Después de todo, es el líder del país más poderoso del mundo. Pero llegó el elevador. Yo bajaba, ella subía. Le di las gracias por su honestidad y nos despedimos...