Por JUAN FELIPE VERA ESCOBARUniversidad Pontificia BolivarianaFacultad de Com. Social, 8° semestrejfveraescobar@gmail.com
Pica y debe picar la multitudinaria presencia de ciegos en Colombia, de esos que no les gusta ni quieren ver. Dicen que son los peores. No entiendo por qué un invidente debe recibir insultos de un taxista, un ciego de estos que hablo, por quererse transportar con su perro lazarillo.
La inquietud común: la ciudadanía no conoce la norma. Esto no sorprende. El colombiano promedio no sospecha si quiera que los artículos 13 y 47 obligan al Estado a ver con ojos de igualdad a las personas con dificultades para su movilidad.
Para sorpresa de muchos el Estado sí sospechó. En 2003 el Ministerio de Transporte en su decreto 1660 obliga...