Entre las grandes víctimas que deja la guerra y el chorro de sangre que parece no cesar, escudándose entre la guerra civil contra un régimen tirano, la reacción contra el fundamentalismo religioso y los crímenes de odio, la cultura en Oriente Medio queda reducida a polvo.
Ojalá que la guerra nos deje conocer el Medio Oriente, porque la más nefasta consecuencia de la muerte de la evidencia cultural e histórica, es la empatía. La habilidad humana esencial que nos permite ponernos en el lugar del otro, de donde nacen la compasión y la caridad y todas las grandes virtudes humanas.
Ojalá que la guerra nos deje conocer el Medio Oriente, y no sea lo mismo que con los países tras la cortina de hierro después de la Segunda Guerra Mundial, culpable...