Por Jorge Enrique Giraldo A.
Es cierto, la inseguridad y la corrupción son los “dos grandes flagelos” que alimentan, con razón, el pesimismo de los colombianos. Otros son el desempleo, el deficiente servicio de salud, el hacinamiento en las cárceles, el escandaloso aumento en los avalúos y los incrementos en el impuesto predial; la enorme carga tributaria y un IVA que nos está afectando a todos.
A la marca de problemas se debe sumar la falta de sistemas ágiles y eficientes que garanticen seguridad en la justicia y disminución de la inmoralidad en este servicio. Agreguemos otro flagelo, los numerosos trámites para la creación de pequeñas empresas. A los anteriores agreguemos el pésimo sistema de movilidad en el transporte público y el pésimo estado...