Durante los años de la administración Obama, China trabajó como una hormiga para desarrollar una presencia consistente en Latinoamérica. Cada paso fue dado concienzudamente para hacerse de un puesto privilegiado en la economía de todos aquellos países que estuvieran dispuestos a abrirles un resquicio a sus negocios.
No es pues de extrañar que cuando un país de muy pequeña talla pero de importancia vital en el comercio continental decide hacer hoy inversiones de calibre, aun cuando no sean reproductivas, dirija sus ojos hacia el gigante asiático y este le presta la atención esperada. Es así como el proyecto del tren de pasajeros de una longitud de 450 kilómetros entre Panamá y Costa Rica, cuyo interés es únicamente doméstico, está siendo objeto...