Querido Gabriel,
Hasta hace un tiempo, la universidad era el final de una etapa de la vida en la que se estudiaba, anterior a esa otra en la que se trabajaba, para luego, finalmente, descansar durante nuestros últimos años. Decidías matricularte en un “programa”, para luego dedicarte a lo que allí te enseñaban a “hacer”. En esto que te cuento hay dos creencias implícitas de las que me gustaría que podamos conversar, porque creo que han perdido toda su vigencia. La primera, que la vida se organiza en fases regladas, y que estudiar es una actividad temporal, con principio y fin. La segunda, que educación y capacitación para el trabajo son la misma cosa.
En una vida larga, tendremos muchas pasiones y varias ocupaciones. Cada uno de nosotros podría...