Por NEAL GABLER
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Las personas se lanzan a la presidencia por todo tipo de razones. Pero Donald J. Trump puede ser el primero en hacerlo porque ve a una campaña presidencial como la mejor forma de llamar la atención sobre sí mismo. Parece no haber más pasión motivadora en él, ciertamente no es la pasión por gobernar.
No es un ideólogo como Ted Cruz, un oportunista como Marco Rubio, un constructor de movimiento como Bernie Sanders, un legatario político como Jeb Bush o un estudioso de la política como Hillary Clinton. Para todos ellos, para cualquier candidato serio, la atención es un subproducto de una campaña, no su motor. Para Trump, la atención es todo el asunto.
La atención siempre ha sido la base del modus operandi...