Desde el punto de vista ético-político, la democracia representativa se fundamenta en la lealtad de quienes reciben de la ciudadanía el sagrado mandato de representar sus intereses. Por ello, la pérdida de investidura es un juicio orientado a sancionar el fraude al principio ético de la representación democrática. A partir de estos lineamientos, el proceso de pérdida de investidura presenta características especiales que lo diferencian de otros, como el de nulidad electoral, pues mientras este busca la defensa de la legalidad de los actos de elección de los congresistas, aquel tiene por finalidad sancionar al elegido por incurrir en conductas contrarias a la razón de ser de su investidura.
La Corte Constitucional ha dicho que se trata de un juicio...