Por Antonio Caño
No es preciso esperar a los resultados de unas elecciones para compartir que Donald Trump es una desgracia para Estados Unidos y para la idea de libertad, progreso y democracia que este país ha representado desde su nacimiento. Basta con entender los valores elementales que permiten la convivencia entre seres humanos para detestarlo. Pero quienes odian a Trump menos de lo que aprecian el sistema democrático del que ha surgido deberían analizar lo expresado por las urnas antes de continuar con las lamentaciones y afrentas.
EE. UU. votó el 6 de noviembre después de una campaña en la que uno y otro lado advirtieron de que se trataba de una fecha de enorme trascendencia. Aunque eran unas elecciones para la renovación completa de la...