Hay veces en las que lo mejor de un país surge en los momentos más difíciles. Y no dudo en llamar a Puerto Rico un país — con su propia historia, cultura y lengua a pesar de ser una colonia de EE.UU.— y en reconocer que está viviendo uno de los momentos más definitorios de su historia moderna. Sin embargo, unos días aquí me convencieron de que esta isla va a salir adelante y de que, aunque parezca imposible, las cosas quizás serán incluso mejores que antes del huracán María.
El 70 % de la isla todavía no tiene energía eléctrica. Durante tres días no encontré un solo semáforo que funcionara. Las noches son profundamente negras y el ronroneo de las plantas eléctricas pelea con el canto de los coquíes. Pero algo pasa cuando no hay luz, internet...